El Poeta Halley

Acojo en mi hogar
Palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera
Examino cada jaula y allí
Ladrando vocales y consonantes
Encuentro sucios verbos
Que lloran después de ser abandonados
Por un sujeto que un día fue su amo
Y de tan creído que era.
Prescindió del predicado.
Esta misma semana
Han encontrado a un par de adjetivos trastornados
A tres adverbios muertos de frío
Y a otros tantos de la raza pronombre
Que sueñan en sus jaulas
Con ser la sombra de un niño.
Señalo entonces
A las palabras que llevan más días abandonadas
Y me las llevo a casa
Las vacuno de la rabia y las peino a mi manera
Como si fueran hijas únicas
Porque en verdad todas son únicas.
Acto seguido
Y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones
Les doy un beso de tinta
Y les digo que si quieres ganarte el respeto
Nunca hay que olvidarse los acentos en el patio.
A veces les pongo a mis palabras
Diéresis de colores imitando diademas
Y yo solo observo como juegan en el patio de un poema.
Casi siempre te abandonan demasiado pronto
Y las escuchas en bocas ajenas
Y te alegras, y te enojas contigo mismo
Como con todo lo que amamos con cierto egoísmo.
Y uno se queda en casa
Inerte y algo vacío
Acariciando aquel vocablo mudo llamado silencio
Siempre fiel, siempre contigo.